Trucha

Las truchas patagónicas son peces de la familia de los salmónidos.
Se encuentran habitualmente en aguas frías y limpias de ríos y lagos. Varias especies de trucha fueron introducidas en el siglo xix en la Patagonia, desplazando a los peces autóctonos.
Las aletas de las truchas carecen de espinas, y todas las especies tienen una pequeña aleta adiposa en el lomo, cerca de la cola.

La mayoría de las truchas sólo se encuentran en agua dulce y fría. 
Generalmente se alimentan de invertebrados blandos como las lombrices, o de insectos, crustáceos, aunque las especies más grandes de trucha, como la marrón o café, depredan sobre otros peces.
Las truchas que nadan en los arroyos se alimentan de animales terrestres, de vida acuática y moscas.​ La mayor parte de su dieta proviene de animales que no tienen columna vertebral como caracoles, gusanos o insectos. También comen moscas, y la mayoría de las personas que intentan usar señuelos para pescar truchas imitan a las moscas porque son una de las truchas que más se alimentan de ellas.

 

Las truchas disfrutan de ciertos animales terrestres, incluidos insectos como los saltamontes.
Las truchas tienen el cuerpo lleno de espinas, pero su carne es muy sabrosa. 
Por su popularidad son criadas a menudo en piscifactorías y posteriormente reintroducidas en ríos, lagos y pantanos, para su pesca.

​

Entre las especies de truchas más importantes que se encuentran en la Patagonia, se destacan: la trucha marrón, la trucha arcoíris, la trucha dorada , la trucha degollada “Lahontan” y la trucha degollada “Bonneville” (Oncorhynchus clarkii clarkii).